ene
24
2018

Reseña: La venganza de las hermanastras de Jim C. Hines

Título: La venganza de las hermanastras #1
Autor: Jim C. Hines
Editorial: Editorial El Ateneo
Páginas: 464
Sinopsis: Cenicienta, cuyo verdadero nombre es Danielle Whiteshore, se casó con el príncipe Armand, pero la historia que le siguió a su matrimonio de ensueño estuvo muy lejos del “felices para siempre”.
Poco después de la boda, Danielle fue atacada por su hermanastra Charlotte, que la enfrentó con sus desconocidas habilidades de hechicera. Y aunque Talía, también conocida como la Bella Durmiente, intervino en la lucha con su dominio de las artes marciales, la malvada Charlotte logró escapar.
En ese momento, Danielle descubrió una serie de hechos inquietantes. Como si esto fuera poco, Armand fue secuestrado y se lo llevaron al reino de las hadas, Danielle anunció que tendría un hijo y la reina organizó su propio servicio secreto, con la ayuda de Talía y Blanca (Nieves, por supuesto), una experta en la magia con espejos y el coqueteo.
¿Podrían las tres princesas encontrar a Armand y salvarlo de las garras de algunos de los villanos más temibles del reino de la fantasía?
¡Gracias a Editorial El Ateneo por el ejemplar! 
ene
2
2018

Feliz año nuevo... y otras palabras extrañas.

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Quería comenzar diciéndoles un feliz año a todos y que lo hayan pasado con todos sus seres queridos, que lo hayan disfrutado y tengan muchas metas y objetivos por cumplir.
Cómo verán, este último año actualicé el blog muy poco. Y siempre prometí tenerles una entrada explicándoles las razones pero nunca me sentía del todo bien para hacerlo. 
El 2017 fue un año muy particular. Digamos que salí de mi zona de confort. ¿Nunca les dijeron que ahí se encuentra la magia? ¿Lo extraordinario?
Dentro de lo típica que es la vida académica de un universitario, la falta de tiempo para leer y/o reseñar, el estudio y cursado, me pasaron cosas que jamás imaginé que me iban a suceder. Tanto buenas como malas. Pero más malas que las primeras. Y por esa razón las cosas buenas que me pasaron, que fueron hermosas y enormes, no las puse disfrutar como hubiera querido. 
Entre esas cosas, el blog lo dejé muy de lado, ya sea por falta de tiempo y sueño o porque no me sentía con ganas de escribir y compartir nada. Solamente que las cosas en mi vida se arreglen.
Fue un año de muchas decepciones, muchas lecciones a los golpes y porque me los propuse. Un año de muchísimas lágrimas, pero muchísimas, y de corazones rotos y muy heridos. Cometí los mil y un errores. Pero aprendí mucho. Y crecí. El dolor está ahí pero me gusta como cambié. Se podría decir que no soy la misma persona de hace un año atrás. Estoy satisfecha de las cosas que hice, que entregué todo y di todo de mi y que, para bien o para mal, no había más nada para hacer.
Y si, aprendí que a veces por más que nos esforcemos las cosas que queremos no suceden. Y si suceden van a suceder como tengan que serlo y no como queramos nosotros.  Aprendí y entendí esa frase que para encontrarnos, hay que perdernos. Y me perdí demasiado. Estaba asustada y desolada. Y a pesar de que hoy estoy segura que estoy en el camino, aunque no sepa a dónde me lleva, es el camino en que quiero estar y sigo encontrándome y conociéndome. Aprendí que hay que soltar para avanzar, que hay que dejar ir ciertas cosas o personas. Porque no hay que obligar a nadie a quedarse. No hay que obligar ni insistir a nadie a querernos. Que si damos una sonrisa, nos merecemos una de vuelta.Que nuestra felicidad no depende de nadie, solo de nosotros mismos. Que las personas es que más confías te van a decepcionar y lastimar de la manera más cruel. Pero que el mundo no se termina ahí.
Me di cuenta porque me gustaban tanto los libros. Porque amo tanto leer. Porque te alejan la realidad y en cierto modo te ayudan a sanar. El año pasado había subido una entrada de que los libros daban esperanzas. Y hoy lo vuelvo a decir y a re-valorizar. Y además de eso, estaba viviendo (y vivo) mi propia historia. No es de mí genero literario favorito ni mucho menos lo que me esperaba. Pero las cosas no suceden por casualidad, por más que hoy no las entienda de ninguna forma.
En esa odisea que no fue para nada linda, tuve momentos gloriosos, hice muchas cosas nuevas y muchas me atreví hacerlas aunque tenía miedo o no estaba muy segura. Los libros me acompañaron siempre aunque no haya subido muy seguido. Pero más de una vez me ayudaron a sobrellevar momentos. Tuve y tengo personas que sin saberlo, también me ayudaron mucho y me hacen sentir que soy invencible. Y me doy cuenta ahora de porque las conocí en este año y no en otro momento de mi vida. Cómo así también hubo personas que me hirieron y me mintieron más de lo debido y jamás me lo esperé.
Empecé a leer otros géneros. Fue un año que leí de todo. Y me gustó más de lo que imaginaba.
Hoy en día no sé que me depara el futuro. Intento curarme de todo y aunque no lo comparta, leo bastante dentro de lo que puedo porque me ayuda. A veces no basta porque mi cabeza empieza a pensar y mi corazón a doler. Pero les comparto esto porque decirlas cosas que uno siente y les pesan en el alma, es otra forma de curarse. De paso agradecerle a Cristian Berardo, entre tantas personas hermosas que conocí gracias a este medio, por ayudarme, escucharme y aconsejarme. Y por si alguien, que esté pasando por algún momento en el que siento que se le derrumba todo, lea esto, deseo que lo ayude al menos un poquito.
Ojalá todo se mejore. Y que las experiencias magnificas que tuve en el 2017, se tripliquen. Confío en que si. Hay que respetar el tiempo. Y dejar que cada cosa tome su lugar.
Mientras tanto, un buen libro en las manos.
Y que tengan un lindo año.
Anto